Snob = sine nobilitate

Laetitia Casta.
«En los tiempos que corren, que muchos consideran como los últimos, se da entre la gente humilde una epidemia que los pacientes que la sufren —y tanto han raído y regateado— tan pronto poseen cuatro cuartos en sus faltriqueras, lucen ropajes extravagantes a la última moda, con miles de cintas de seda. Y si por fortuna alcanzan alcurnias y renombre, al instante quieren aparentar señorío y nobleza de viejo linaje, dándose, sin embargo, con frecuencia el caso que sus padres no fueron más que jornaleros, carreros y mozos de cuerda, sus primos arrieros, sus hermanos alguaciles y verdugos, sus hermanas rameras, sus madres alcahuetas e incluso brujas. Y en suma, todo su linaje, a lo largo de treinta y dos generaciones, está más embadurnado y mancillado que el gremio de Zuckerbastel de Praga [jefe de una banda de ladrones]; más todavía, estos nuevos Nobiliste son a menudo más negros que si hubieran nacido y se hubieran criado en la misma Guinea.»
Hans Jakob Christoffel von Grimmelshausen (1621 –1676), Simplicius Simplicissimus [Der abenteuerliche Simplicissimus Teutsch, 1668]. Edición de Manuel José González. Madrid, Cátedra, 1986, p. 51.


Optimistes

Laetitia Casta per Patrick Demarchelier (*1943).



«M’estimo més viure com a optimista i equivocar-me, que viure com a pessimista i tenir sempre raó.»


Jean Michel Guenassia (*1950), El Club dels optimistes incorregibles (2009), traducció d’Eulàlia Sandaran, Barcelona, Ed. 62, 2010, p. 9.